La inclusión de prácticas profesionales en el marco de las carreras universitarias de Enfermería, en tanto aproximación progresiva al campo ocupacional, permite experimentar y aprehender la complejidad de la inserción profesional. La relación entre los contenidos curriculares teóricos y la formación práctica constituye una parte ineludible del proceso formativo que remite a tradiciones históricas propias de la profesión y a corrientes teóricas que problematizan el tema. Tal cual sostiene Saenz Montoya las prácticas preprofesionales contribuyen a desarrollar, fortalecer y/o potenciar “habilidades psicomotoras, del pensamiento crítico, del conocimiento en acción, de la toma de decisiones, del trabajo en equipo, de la comunicación efectiva y del aprendizaje a través de los errores, para contribuir así en la formación de excelencia de los estudiantes” (Sáenz Montoya, 2015).
A partir de marzo del 2020, la irrupción de la pandemia de Covid-19 en la Argentina interrumpió abruptamente el desarrollo de las prácticas preprofesionales en Enfermería. El decreto del 20 de marzo del 2020 estableció el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), prorrogado en adelante mediante otras normativas análogas. Esto implicó, junto con diversas modificaciones de la vida social y económica, la suspensión completa y repentina de las actividades presenciales en el nivel universitario. Pero también, sumado a lo anterior, dado que los servicios de salud son los principales responsables de la respuesta a este fenómeno condujo a una reorganización de sus actividades cotidianas para poder enfrentar las necesidades sanitarias de los casos positivos por Covid. Al mismo tiempo, al ser los establecimientos sanitarios lugares con potencial foco de contagio, todo contacto con ellos, que excediera lo estrictamente necesario y considerado esencial, fue sistemáticamente evitado.
De esta manera, las carreras de Enfermería y sus estudiantes se encontraron inmersos en un dilema. Por un lado, se suspendía una instancia clave y medular de la formación: las prácticas preprofesionales. Por otro lado, el que un evento sanitario fuera el epicentro de la agenda social, política y económica instalaba la necesidad de aumentar la cantidad de personal sanitario capacitado dado que –como resultó visibilizado aún más en el contexto de crisis sanitaria– este era escaso. Aquel dilema se vio incrementado para el caso de aquellos estudiantes que necesitaban realizar la última instancia de sus prácticas profesionalizantes para que puedan lograr sus titulaciones académicas y su entrada al mercado laboral se produzca en condiciones más competitivas. Cabe advertir que en los contextos específicamente universitarios, existiendo en las licenciaturas en enfermería un título intermedio que habilita al ejercicio profesional, y uno superior, podemos anticipar que esta situación guardó sentidos diferentes en cada uno de los tramos formativos.
Una de las respuestas a este dilema consistió en reforzar las prácticas en los laboratorios de simulación, dado que al realizarse las prácticas en estos espacios se  evitaba la concurrencia presencial a los establecimientos de salud. Los laboratorios de simulación como instancia de aprendizaje existían previamente, pero encontraban resistencias para su implementación. En parte estas se debían a que, según puede deducirse de lo expuesto inicialmente, si bien la simulación resuelve algunos problemas en términos de destrezas operativas, no termina de proporcionar la experiencia integral que se espera que provoquen las prácticas preprofesionalizantes. Por otra parte, su alto costo económico también era un factor que dificulta su incorporación efectiva en las instituciones educativas. 

Directora: Ramacciotti, Karina
Codirectora: Adissi, Ileana Grisel 

Integrantes:
Ferrero, Lía Mercedes
Estrella, Paula Verónica
Franco,    Alex Nahuel
Aguirre, Claudia Fabiola
Chávez, Pessoa Daly Gladys