El 22 de noviembre de 1949, el entonces presidente de la Nación, Gral. Juan Domingo Perón, firmó el Decreto N° 29.337 de Supresión de Aranceles Universitarios. A pesar de su importancia capital en la conformación de un verdadero sistema universitario amplio y democrático –en consonancia con las bases liminares de la Reforma de 1918-, este decreto pasó inadvertido para la historiografía tradicional.

A través del mencionado decreto se suspendió el cobro de aranceles en las Universidades nacionales, por lo que pasaban a ser gratuitas. Se trató de una medida que impulsaba la inclusión de sectores antes marginados del capital cultural más elevado de nuestro país. Permitió, además, considerar a la educación universitaria no como un privilegio, sino como un derecho social. Lograba el Peronismo de este modo una medida que ni siquiera habían soñado los reformadores del ‘18. Hay que señalar, asimismo, que el Decreto suscitó numerosas críticas principalmente de aquellos sectores que habían gobernado la Universidad durante los años anteriores.

Esta medida debe comprenderse en consonancia con toda una línea política inclusiva. Durante los dos primeros Gobiernos peronistas se creó la Universidad Obrera Nacional, se expandieron como nunca antes las escuelas técnicas, se reemplazó el viejo Ministerio de Justicia e Instrucción Pública por el de Educación, otorgándole a esta cartera la debida jerarquía dentro del Estado. Además, se normalizó la carrera docente a través de la formulación de un estatuto en el año 1954. Como consecuencia de todas estas medidas se dio un fenomenal aumento de la matrícula universitaria, que pasó de 40.284 alumnos en 1945 a 138.871 en 1955.  En 2007, el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner subsanó declaró el 22 de noviembre como el “Día Nacional de la Gratuidad Universitaria”.